dimanche 4 avril 2010

La expulsión de los moriscos, memoria de un pueblo olvidado

Creo que para hablar de los moriscos, o los judíos (hablo de los moriscos y los judíos que fueron expulsados de la península), antes hay que retroceder en el tiempo justo en 1492.
Con la toma de Granada por los Reyes Católicos, comienza la extensión territorial sobre todo por parte de la corona de Castilla que se vería reforzada con el casamiento de Isabel y Fernando en 1469.
Isabel quería una España unificada religiosa y territorialmente. No iba a asimilar otra invasión foránea. La expulsión judía en 1492 fue un paso importante en ese aspecto puesto que los judíos eran muy mal vistos sobre todo porque fueron los causantes de la entrada musulmana en la época visigótica y controlaban la economía del país.
España, después de esta expulsión, se vio mermada económicamente hablando y puso toda su confianza en los viajes de Colón (un supuesto no-católico según algunas fuentes).
Con el reinado de Carlos V, ya España es un imperio. Hereda de sus abuelos maternos (los padres de Juana la Loca que fueron Los Reyes Católicos) la corona de Castilla que también poseía las nuevas posiciones ultramarinas en el Nuevo Mundo recién “descubierto” además de Canarias y la corona de Aragón que a su vez tenía en sus manos Sicilia y Nápoles. Y de sus abuelos paternos (los padres de Felipe el hermoso que fueron Maximiliano I de Austria y María de Borgoña) hereda los Países Bajos y los territorios austriacos.
España conocería su máximo esplendor en la época de Felipe II que heredaría Portugal e Inglaterra además de los ya citados como herencia que le dejó Carlos V.
Como todos sabemos, cada imperio tiene su auge como su declive. España aún siendo ese majestuoso imperio pasaba por muchos problemas (ya hablé de ello en el post: La profecía de Cervantes acerca de 1898).
España en la época del Siglo de Oro estaba acorralada por diferentes lados. Por el norte estaba Inglaterra que con sus estrategias marítimas llegó a derrotar aquella Armada Invencible en 1588. Por el noreste estaban los reformistas en Flandes que reivindicaban sus derechos y estaban en contra de la Iglesia Católica Romana. Estaban, también, los turcos que eran una amenaza constante en el Mediterráneo y a pesar de la derrota en Lepanto en 1571 eso no frustró las ansias otomanas. Los otomanos se reivindicarían con la toma de Chipre y Túnez aliándose con los berberiscos y concretamente con Argel gobernada por Barbarroja.
Los otomanos no solamente tenían apoyo de Argel, Francia (aunque secretamente) y la dinastía Saadi en Marruecos, sino también la de los moriscos.
Es ahí el problema. Los moriscos que antes eran vistos como falsos cristianos por practicar en secreto la ley mahometana eran vistos, sobre todo, después de la revuelta de Las Alpujarras con la ayuda de los turcos, como enemigos de España.
Cervantes en los capítulos 39-41 en la primera parte del Quijote se muestra curiosamente en contra de esta expulsión, incluso se compadece de aquellos moriscos que dejaron todas sus pertenencias y se fueron al norte de África como Alemania con el único anhelo de volver (la Llave morisca).
Yo, al menos, puedo entender que España no podía dejar que los moriscos, con la ayuda de los turcos y Berbería, volvieran a retomar sus tierras. Las novelas moriscas son, en parte, esa reivindicación de los derechos como lo son así la de los indígenas americanos en la literatura indigenista y neo-indigenista.
El tema es muy interesante y delicado para resumirlo así brevemente.
Espero haber sido de provecho para la finalidad real de esta exposición que dará siempre de qué hablar.

1 commentaire:

  1. Los moriscos jamás dejaron sus costumbres y ritos a pesar de haber llevado nombres de origen cristiano. Los moriscos hacían ver que eran cristianos, que profesaban la ley de Jesús, sin embargo a escondidas eran musulmanes. Muchos de ellos fueron llevados al Tribunal de la Inquisición por haberles encontrado el Alcorán o cuando uno de ellos era invitado en la casa de algún vecino cristiano renunciaba el morisco a tomar vino o a comer carne de cerdo.
    No deja de ser, como dije, este tema un continuo debate. Solo espero que sea de provecho para unir valores y aprender de nuestros ancestros.

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