dimanche 4 avril 2010

Rulfo y su obra.

Pedro Páramo, y, sobre todo, El llano en llamas es el canto a la tierra, a la vida y la muerte. La vida y la muerte son dos caras de la misma moneda en la cultura y la historia mexicanas. Pedro Páramo no sólo habla del pueblo mexicano, sino que culpa la ingenuidad de éste por la miseria de su destino y el de México.
Rulfo critica duramente la Iglesia, aunque de manera implícita, a través de sus pasajes en los que juega a ser Antonio Machado, donde los Campos de Castilla son el llano, son Comala, son México (en sus distintas etapas históricas y culturales) y Latinoamérica en general.
Rulfo me hace recordar a la literatura indigenista (ya que es una rama de la literatura neo-indigenista) en que Ciro Alegria (uno de los escritores más representativos de la literatura indigenista) afirmó con el título de su obra que "El mundo es ancho y ajeno", el mundo; es decir, la tierra, la hacienda, el hogar.
Juan Rulfo, que conoció el éxito con la publicación de solo dos libros que apenas llegan a las 250 páginas, universaliza la soledad mexicana de la que habló y santificó Octavio Paz en El laberinto de la soledad.
Rulfo muestra, y con esta obra demuestra, que no solo México, sino que toda Latinoamérica no se recuperó, todavía, del duro varapalo que supuso la invasión de los primeros europeos que llegaron al "Nuevo Mundo".

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