vendredi 23 avril 2010

Yo no soy tú pero…

A Walt Whitman


Por ahora la regla es ésta:
Yo no soy tú.
No temas,
no acabarás como Jean Valjean
(en una guillotina)
o como yo
(también),
puedes hacer lo que desees,
puedes leerme o simplemente no hacerlo;
por eso, yo no soy tú.
Yo soy el que escribo y ensayo lo que escribo
(a veces ni lo hago,
como así sale de mi cabeza lo plasmo enseguida,
a veces ni lo ordeno:
entonces soy desordenado, caótico
e hipernervioso,
y dudo que lo seas tú).
Yo soy yo,
imposible que sea tú;
yo soy narciso pero no Narciso (aunque me encantaría
pero no ser una flor como un epitafio,
unos desean ser una flor en vida,
ser Ángelus Silecius y florecer sin porqué,
a él le tocó serlo después,
ahora no sé lo que es
ni lo que será cuando me vaya y no seguir siendo la flor).
Yo soy altivo, arrogante, altanero, vanidoso, egocéntrico, ególatra (ramsesiano
si Menéndez Pidal me permite este neologismo),
yo soy poeta aunque siempre lo niego (nadie entiende el porqué;
lo siento, no soy Góngora
ni soy puto ni gallego);
pero tú, yo no sé lo que eres,
yo no vas a ser.
Sin embargo podemos ser tres:
Yo te leía antes
y decías que eras terco, vanidoso
(¡Qué extraña y heredada casualidad cíclica!
Una ecuación pitagórica),
superficial, astuto, cobarde (segunda casualidad)
y maligno (ahora ya no es una casualidad,
dos pueden ser una casualidad,
le hasard de Cortázar que tan bien hace las cosas como bien dijo;
pero, tres ya es una confirmación de que tú eres yo
o de que yo soy tú
o ambas cosas a la vez).
Cuando alguien me lea ahora
(yo ahora escucho a Mario Frangoulis cantando Vincero perdero /
siempre se pierde algo
pero no sabemos lo que ganamos con ello después
como dijo un teósofo alemán que olvidé su nombre,
espero que Freud me refresque la memoria /
y el alguien que me estará leyendo lo escuchará también)
será altivo, arrogante, altanero, vanidoso, egocéntrico, ególatra…
será yo,
te leerá a ti también
y será terco, vanidoso, superficial, astuto,
cobarde y maligno:
será tú y yo,
seremos tres.
Todos al leer este poema seremos: Walt Whitman.

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