Re-escribiendo el mismo poema
Envuelto en tierra tártara me desperté, después de haber visto una lejana sombra que venía de Occidente con un libro abierto entre las dos grises manos. Abrí los ojos (creyendo haberlos abierto), y al final del poema estaba el nombre de Coleridge llevando mi atuendo y mi ánima en la regia corte de Kublai Khan.
Mehdi Mesmoudi Padinha
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