Mis ochenta años
A Paul Groussac
¿Qué diferencia existiría en decir
que alguien, a quien mi maestro leía,
tuvo ochenta años
o quatre-vingts ans?
¿Dónde está el Misterio,
el Misterio por ejemplo de Las Mil y Una Noches,
de la sin par purpúrea Tierra de Persia?
¿Dónde está la Poesía,
no la que sin escrúpulos digo que escribo,
¡qué grande pena y vergüenza!?
Hablo de la Poesía de Emerson
que decía que cada vez que una mano sacaba un libro de la estantería
era como si alguien le devolviera al libro su aliento,
ahí estaba la Poesía: ésa es Poesía
mas no la mía,
la mía solo consiste en palabrerías.
¿Qué diferencia hay en decir
(por ejemplo,
supongamos, tampoco es cierto,
aunque a veces eso es lo que parece
y temo
mas es el destino de cualquier mortal)
que tengo ochenta años
o quatre-vingts ans
(repito, no se asusten,
tan solo es una suposición)?
Usted dijo que no era lo mismo
tener ochenta años que quatre-vingts ans,
tener ochenta años era algo espantoso y terrible,
pero tener quatre-vingts ans
era como tener cuatro veces veinte años.
Sin embargo, la cuestión no es ésa,
la cuestión está en
¿qué digo yo, a mis veinte años,
(o, tal vez, esos veinte años
tan solo sean una mera acotación escénica
de alguna pieza dramática,
mi propio Teatro)
si mis veinte años
en realidad
fueran cuatro veces veinte años,
mes quatre-vingts ans?
Mehdi Mesmoudi Padinha
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